sábado, 5 de julio de 2008

UNIDAD NACIONAL Y PARTICIPACIÓN POPULAR

A modo de presentación

El crecimiento del Partido Regionalista ha significado que muchas personas que ingresan a este en busca de una alternativa a los bloques políticos existentes, en forma legitima se pregunten de donde salió este partido, de que se trata esto que durante 5 años fue solo conocido en regiones y que ahora se apresta a jugar el rol que sus visionarios mentores diseñaron hace casi 20 años. Para responder a esa inquietud, Claudio Rivera ha tenido un rol importante, quien se ha preocupado de aportar en la construcción de una identidad partidaria propia, novedosa, creíble y consecuente.

El Manifiesto del Movimiento Nacional y Popular, que Claudio elabora junto a otros camaradas, define en agosto de 2007 nuestros objetivos políticos. El segundo documento, Para Que Nunca Más, ilustra sobre los caminos para enfrentar y superar la historia reciente y pasada. Hoy nos corresponde presentar: Unidad Nacional y Participación Popular, que aclara el rol de las organizaciones intermedias y de base en el partido y el Movimiento Nacional y Popular, marcando desde el inicio una clara diferencia con los políticos tradicionales.

Entregamos este documento orientador y clarificador a nuestros militantes y amigos; a los candidatos que en las próximas elecciones llevaran las banderas del PRI y a todos aquellos que, como nosotros, quieren una patria justa y buena para todos los chilenos.


Juan C. Moraga D.
Vicepresidente Nacional del PRI
Junio de 2008.-

UNIDAD NACIONAL Y PARTICIPACION POPULAR

I.- INTRODUCCION
Durante este último tiempo los partidos tradicionales han estado hablando de la necesidad de hacer un gobierno de unidad nacional y de modificar el régimen binominal para mejorar la participación ciudadana. Sin embargo, ello no es más que una declaración imposible de cumplir por ellos mismos, ya que su concepto de unidad nacional, implica dejar al otro conglomerado fuera del gobierno.

Los chilenos y chilenas estamos hastiados del espectáculo de la Alianza y la Concertación, acusándose recíprocamente de corruptos, de ineptos, de inconsecuentes; y velada o abiertamente, tratando de designar sus candidatos a la presidencia de la República a fin de mantener sus posiciones de poder, y continuar con el sistema neoliberal que solo favorece a una minoría y beneficia a quienes son gobierno.

Cuando decimos que no queremos más de lo mismo, estamos diciendo no solo que estamos hastiados de la corrupción e ineficiencia de la Alianza y la Concertación; sino que además, tenemos plena conciencia que ninguno de ellos está en condiciones de ofrecer a Chile gobernabilidad marginando una parte de la ciudadanía.

II.- UNIDAD NACIONAL
1.- Se trata de lograr el máximo consenso y no la división

Nuestra propuesta es un gobierno de unidad nacional con participación popular. Es decir, que la unidad nacional sea el producto de la participación popular; en que cada uno de nuestros compatriotas sin exclusiones, en las distintas instancias que componen el tejido social, haya podido expresar lo que quiere y entiende como el consenso nacional.

Nuestro trabajo, es la recuperación de la democracia para las personas; y se basa en la búsqueda de consensos, para resolver los problemas reales del país. No se trata del candidato, ni de ganar votos. Se trata de entregar a nuestra Patria una alternativa real frente a los políticos tradicionales; para que los chilenos nos reencontremos como hermanos, para generar desde las comunas, los distritos, y las regiones, las políticas y los líderes que dirigirán los destinos de nuestro país.

La unidad nacional, no es una declaración de uno o mas partidos tradicionales que desde su sede en Santiago formulan en nombre del país sin consultar a nadie; sino que por el contrario es el resultado del esfuerzo de la comunidad nacional para alcanzar un consenso, sobre la construcción de un Chile en que todos y cada uno, sin exclusiones, somos partícipes.

2.- Cual es la diferencia entre la Alianza y la Concertación
La Alianza y la Concertación permanentemente buscan dividir a los chilenos para así mantener sus posiciones de poder y repartirse los cargos de representación popular; por cuanto el sistema binominal les asegura un representante para cada una.

Sin embargo, las distinciones entre uno y otro conglomerado son inexistentes, lo que queda en evidencia cuando votan en el Congreso, o en las sucesivas contradicciones internas de las coaliciones que aparecen en los diarios. Las expresiones de la Alianza y la Concertación son acciones mediáticas para mantener y conservar sus privilegios y se basan en la descalificación mutua, pero debemos tener presente que se trata de un gran show, que solo pueden mantener en la medida que controlan la prensa y la TV., dando a conocer al país lo que les interesa. Esta división les ha dado resultado y han logrado distraer al país en sus disputas, dando la sensación que el otro es responsable de lo que ocurre. Debe tenerse presente en todo caso que la Concertación dispuso al inicio del gobierno de mayoría parlamentaria en ambas cámaras, razón por la cual no resulta aceptable su excusa. Los chilenos no podemos caer en el juego de la división, sino por el contrario, debemos ser capaces de encontrar el consenso para un gobierno de unidad nacional, que nos incluya a todos y que se dedique a resolver los problemas de las personas, de las comunidades y del país.

3.- Cual es el objetivo de la Alianza y la Concertación
El objetivo es simple: para unos adquirir, además del poder económico que ya tienen, el poder del gobierno; para los otros simplemente mantener el poder del gobierno y seguir avanzando en sus negocios personales. No es casualidad la facilidad con que importantes funcionarios públicos una vez que abandonan sus puestos, pasan directamente a la empresa privada que debían controlar mientras estaban en funciones. Así el Banco del Estado le presta dinero a los grandes grupos empresariales para que compren mas bancos del que son nombrados directores, otros salen de las Superintendencias y se van a las AFP, y siempre queda la posibilidad de actuar como lobbystas para nuevas leyes a favor de las grandes empresas si se ha ocupado algún cargo de gobierno. Es por ello que para ambas coaliciones da lo mismo si están en el gobierno o en la oposición, porque les va bien y están satisfechos. Lo único importante para ellos, es que el próximo gobierno sea de la Alianza o de la Concertación, y van a hacer todo lo posible para asegurar que así ocurra. Controlando entre ambos el poder económico y la maquinaria gubernamental, tienen grandes posibilidades de tener éxito, a menos que aparezca una nueva fuerza política que interfiera este acuerdo cada vez mas evidente y esa fuerza política es precisamente el surgimiento de un movimiento nacional y popular que represente al pueblo chileno y no a las burocracias gobernantes y a las megaempresas.

Es posible que a la Alianza no le convenga ganar las elecciones, ya que el actual oficialismo se volcaría a las calles para exigir reivindicaciones sociales que durante sus gobiernos concertacionistas no otorgaron a los trabajadores. De esta manera no debe extrañar que sucesivos acuerdos y componendas lleven a nueva derrota estrecha y vuelva la Concertación a gobernar por un próximo período, a menos que logremos un gobierno de unidad nacional.

4.- Unidad nacional y participación popular un compromiso nacional

Por alguna razón muchos quieren sostener que ellos son los iniciadores del Movimiento Nacional y Popular, sustentado por el PRI. Sin embargo, y aún cuando nosotros sabemos que nuestras bases lo han planteado desde el principio, lo importante es que generemos precisamente esa unidad nacional con participación popular. Si chilenos y chilenas, candidatos o no, están por buscar el consenso nacional con participación popular, son bienvenidos; porque ésta es una tarea nacional. Pero debe quedar claro que no es un slogan, sino que es un compromiso que se adquiere frente a Chile y los chilenos deberemos expresar en las instancias que corresponda lo que debe incluir el programa de gobierno de unidad nacional.

Los líderes que participen en la construcción del proyecto de gobierno de unidad nacional deberán promover y respetar precisamente las instancias democráticas que deberán generarse en las comunas los distritos y las regiones. Sin participación popular no existe consenso nacional, pues sería una declaración; y todo sería igual como ha sido siempre, una delegación del poder en los políticos de turno que solo consultan y prometen a la gente en los períodos electorales. La tarea de recuperación de la democracia para que la voz de las personas sea escuchada en las distintas instancias, es nuestra tarea como PRI y como fundadores del MNP

IV.- Principios de Acción del PRI
a.- El PRI postula como primer principio, el desarrollo integral de la persona humana en una relación armónica con el medio ambiente. Para lograr este fin, es necesario que la cultura, la política, la economía, la educación, y en general toda actividad social se oriente a dicho objetivo.
Ello nos lleva a pensar en la política como una actividad de personas, que permita generar los espacios para que todos los seres humanos alcancen niveles razonables de satisfacción y puedan desarrollarse integralmente, eliminando definitivamente la pobreza, y eliminando el lucro como único patrón y medida de todas las cosas. La relación con el medioambiente debe ser de respeto y equilibrio, conservándolo para las generaciones futuras; desterrando definitivamente las prácticas depredadoras con que algunas empresas transnacionales explotan nuestros recursos, sin respeto por las comunidades humanas y deteriorando gravemente el medioambiente.
De esta manera se aspira a un progreso con rostro humano, en que los valores de justicia y equidad. se manifiesten en todos los planos del quehacer nacional.

b.- El PRI, asume como segundo principio, que la democracia participativa, constituye el mejor sistema representativo sobre el cual debe estructurarse nuestra organización política. La participación de todas las organizaciones sociales en la solución de sus problemas y en el planteamiento de sus políticas debe ser una actividad permanente, ya que de ello depende que los chilenos seamos sujetos de nuestro destino y no objeto de las decisiones de terceros. Los representantes de los cargos de elección popular, responden a sus electores antes que al partido, y su designación les obliga permanentemente a responder a quienes lo eligieron.

El partido incentiva todo tipo de organizaciones humanas, sean políticas, económicas, laborales, gremiales etc. por cuanto es necesario generar nuevamente un tejido social que sea escuchado en todas y cada una de las instancias políticas y administrativas; poniendo fin a este gobierno que solo escucha a las grandes empresas y a los grandes empresarios, y que desprecia al ciudadano común, que solo puede hacerse oír mediante estallidos sociales como único mecanismo para ser atendido en sus reivindicaciones.

c.- El PRI, asume como tercer principio, que el regionalismo es la expresión mas cabal del respeto por las comunidades y sociedades locales y regionales, instancia en la que se debe reconocer el derecho a designar a sus miembros para los cargos de elección popular y a hacer efectiva la responsabilidad política de los mismos.

En virtud de este principio, el PRI se opone al centralismo partidario que elige desde Santiago los representantes de todo el país. Se opone por tanto, a las practicas de la Alianza y la Concertación, en la cuales las camarillas políticas y los dueños de los partidos eligen a sus parientes y hombres de confianza en todo el país sin importar el pensamiento de las regiones.

El trabajo militante exige respeto por las personas, y respeto por las organizaciones locales y regionales, a quienes se les reconoce el derecho de designar y aprobar libremente a sus representantes. Este respeto, se extiende a la organización partidaria, y a las directivas elegidas por las Regiones democráticamente. Es por ello que todo militante debe respetar la estructura partidaria, y toda estructura partidaria debe ejercer la autoridad que le han entregado sus militantes. El regionalismo permite crear los espacios necesarios, para que la región y sus líderes comiencen a tener un papel relevante en las decisiones políticas del país, poniendo término al centralismo excesivo que ha caracterizado los últimos gobiernos.


IV.- UN NUEVO PARADIGNMA
El sistema económico imperante, que considera el lucro y el éxito económico como un fin en sí, ha trastrocado el alma nacional, convirtiéndonos los unos en rivales de los otros.

La competencia que caracteriza este modelo económico, otorga ventajas definitivas a las grandes empresas y a la gente que maneja el poder en Chile, sin que la expresión del ciudadano común sea escuchada.

La clase gobernante, compuesta por la Alianza y la Concertación, han hecho de nuestro país algo ajeno. Las principales empresas de agua potable, electricidad, teléfonos, vías concesionadas, son extranjeras; y mensualmente los chilenos les tributamos lo que ellos cobran sin posibilidad de reclamo real alguno.

Las megatiendas importan todo lo que pueden, y explotan a los proveedores nacionales al punto de hacer quebrar a muchos. Los bancos obtienen utilidades a costa de los pagos de los endeudados que deben destinar parte importante de los ingresos al pago de sus deudas clientes. Las grandes mineras y forestales depredan el medio ambiente obteniendo importantes ganancias.

Ello es posible porque a la Alianza y a la Concertación solo les interesa producir el máximo de dinero, para unos pocos, a costa de la gran mayoría del país y de nuestras riquezas naturales. La prensa y la TV se encargan de entregar una imagen de país en que si se sube un punto mas de PIB se resolverán nuestros problemas, y de paso centran nuestra visión en crímenes, escándalos y farándula.

Cuando hablamos de cambiar el paradigma, estamos diciendo que nuestra preocupación se centra en las personas: que la organización económica debe otorgar oportunidades para que todas las personas disfruten de los beneficios del desarrollo; que la educación debe ser equitativa para generar personas integrales y una sociedad mas justa; que la organización política debe permitir los espacios para que las personas crezcan y se desarrollen integralmente en cualquier lugar del país en que se encuentren; que haya una protección efectiva del medioambiente a fin de preservar las condiciones para la vida humana y todas las especies vivientes para las generaciones actuales y venideras.

V.- EL SIGLO XXI.
Finalmente es necesario hacer política para el futuro, con una clara visión humanista y utilizando las técnicas y conocimientos que depara la ciencia; en la convicción que los problemas que nos aquejan tienen una solución, práctica o técnica, y no ideológica como pretenden las coaliciones gobernantes que solo miran hacia atrás para justificar su ineficiencia..

El nuevo siglo debe representar para los chilenos una época de unión, en que cerrando definitivamente las heridas del pasado, avancemos como Nación hacia un estadio superior de convivencia. El desafío es ser capaces de visualizar formas sociales y económicas en las cuales se materialice el nuevo orden y generar la voluntad y creatividad a través del dialogo inteligente para alcanzarlo.

El hombre ha adquirido el conocimiento necesario para destruir el planeta o alterar definitivamente la naturaleza humana, e incluso ya ha logrado poner naves terrestres en Marte; sin embargo no logra resolver los problemas del hambre, de la pobreza, de la igualdad de oportunidades, de la depredación de la naturaleza y otros males que acarrean infelicidad e injusticia.

La solución de estos problemas no está en la carencia de medios o de conocimiento; sino simplemente de voluntad y creatividad de los dirigentes del planeta. En Chile, y en nuestra escala, los problemas son los mismos, y es también la voluntad de los chilenos la que debe ser orientada a resolverlos. Esa es nuestra posibilidad, nuestra responsabilidad y nuestro sentido de unidad.

La unidad nacional con participación popular, es precisamente la convergencia de las voluntades de los chilenos y chilenas de las más amplias tendencias, para asumir en conjunto la creación de un país en que nos tratemos los unos a los otros como personas, en una sociedad justa, equitativa, solidaria y acogedora.



Claudio Rivera Canihuante
Abogado
Magister Derecho del Trabajo y RRHH
U. de Chile
Miembro Comisión Política del PRI

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