domingo, 1 de agosto de 2010

INDULTO, DDHH Y LIDERAZGO


LA TERCERA
Opinión. 01.Agosto.2010
Indulto, DDHH y liderazgo
El liderazgo no se trata de hacer lo que es fácil, sino lo que se debe. La gente sigue al que muestra voluntad y decisión, más allá del ruido ambiente.
El Presidente de la República desechó la propuesta de la Iglesia Católica de otorgar un indulto general. Señaló que su decisión se restringiría a analizar indultos particulares para casos excepcionales, con expresa exclusión de los crímenes de lesa humanidad. Decisión que puede haber sorprendido a los militares en retiro, porque cuando el entonces candidato presidencial se reunió con ellos, les habló claro: no habría punto final, pero los militares encarcelados tendrían el mismo trato y beneficios que el resto de los condenados. Si se los excluye a priori del beneficio del indulto, no se está cumpliendo con lo que se dijo.

Se valida así la tesis de que dichos crímenes no admiten indulto, que jurídicamente no tiene fundamento, puesto que los tratados que lo señalan no están ratificados por Chile; el único vigente que se refiere al tema, recomienda el perdón. Pero más aún, se valida el doble estándar de la izquierda: claman que no puede haber perdón ni olvido, pero en su momento se movilizaron masivamente para proteger a Eric Hönecker, dictador germano oriental que les disparaba a los que trataban de huir de su yugo, lo que constituye un crimen de lesa humanidad aquí y en la quebrada del ají. El Tribunal Supremo de Alemania unificada resolvió que estaba viejo y enfermo, y que no podía enfrentar un juicio por sus actos. No se vio que nadie preguntara por el derecho internacional; por el contrario, lo trajeron a Chile a vivir tranquilo sus últimos días.

Después, en el mismo Chile, se ingresa a la cárcel al general Odlanier Mena, con 83 años y seis by pass coronarios, por su responsabilidad de mando en un crimen en que no participó. Eso, al hombre que tuvo el coraje de pararle el carro al "Mamo"; peor, se le negó el indulto y debe compartir su lugar de reclusión con éste.

Los que aconsejan rechazar la iniciativa eclesial para no pagar costos políticos parece que no leen las encuestas. Una de este diario indica que el 64% de los chilenos rechaza el indulto, porque -claro- la gente está hasta la coronilla con la delincuencia. Pero, de haberlo, sólo un 51% se opone a que se otorgue a los militares condenados y un 49% lo acepta. Si después de 20 años de propaganda unilateral y de denostar a los que tienen otra visión, uno de cada dos chilenos está dispuesto a distinguir, es que hay agua en la piscina. La gente quiere dar vuelta la página, no quiere más rencor y prefiere mirar hacia adelante.

La Iglesia no ha pedido un indulto indiscriminado en casos de derechos humanos, sólo pide misericordia y que se separe la paja del trigo. Distinguir a los que fueron los gestores de los crímenes -la versión de que fue la CIA no la cree nadie-, de otros que fueron arrastrados, ya por juventud, por sujeción al mando o incluso, por debilidad humana, y que no tuvieron la capacidad de resistir en circunstancias que fueron muy duras.

El liderazgo no se trata de hacer lo que es fácil, sino lo que se debe. La gente es inteligente y sigue al que es capaz de demostrar voluntad y decisión, más allá del ruido ambiente. Mirando la CEP, mostrar decisión puede ser una receta para revertir la tendencia. Los patrimonios y los liderazgos jamás se han construido eludiendo los temas complejos.

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