¿Quiénes conforman la CLASE MEDIA? ¿Aún rige aquella división “cantadita” que se nos enseñaba en la universidad?
Alta-Alta; Alta-Media; Alta-Baja
Media-Alta; Media-Media; Media-Baja
Baja-Alta; Baja-Media; Baja-Baja
Si mal no recuerdo alguien podía pertenecer a la clase Alta-Alta, intelectualmente hablando, y a la Baja-Baja, si el parámetro, por ejemplo, era el ingresos familiar. También, estaban aquellos de apellidos vinosos o aristocráticos de sangre, pero venidos a menos, a los que se clasificaban como de la ALTA-BAJA.
En todo caso, en aquellos tiempos era mejor y más fácil afincarse en la CLASE MEDIA-MEDIA: Es lo que ha perdurado hasta hoy en día. No significa esto que no debieran definirse los parámetros, y el modo más pragmático de hacerlo es mediante la medición del ingreso, como es el caso de los QUINTILES, algo así como EL GLOBAL COMPLEMENTARIO SOCIAL, con un SERNAC FINANCIERO SOCIAL donde acudir con los reclamos para impedir que alguien, que ha hecho fortuna mediante procedimientos no muy santos, pase a formar parta de una casta económica encumbrada en la escala social que le permita usufructuar de los beneficios del poder a los que accede el poderoso caballero “DON DINERO”, con los peligros para la democracia que ello conlleva cuando de política se trata.
Hace poco Política y Principios fue testigo de un hecho que grafica lo anterior. En efecto, hasta un pequeño partido, presente en sólo seis regiones, llegó el poderoso caballero “DON DINERO”, con un fajo de billetes bajo el brazo. Suscribió verbalmente acuerdos con los dirigentes, acuerdos que, naturalmente, no cumplió. Invirtió en la campaña para inscribir las regiones restantes, de tal forma que el partido estuviera legalmente presente en todo el país. Luego, compró conciencias y lealtades, se sentó en la institucionalidad partidaria, puso y sacó dirigentes. Enseguida, ignorando la Ley de Partidos Políticos y los Estatutos de la colectividad, usurpó la presidencia y expulsó a los dirigentes que no le fueron obsecuentes, y lo mismo hizo con quién aparecía como su Delfín - y los delegados del Director de Servel presentes callaron y nada dijeron: Hoy se define como de centro y defensor de la CLASE MEDIA, y se codea con los máximos dirigentes de la coalición gobernante, que hace poco él mismo brutalmente descalificó: El dinero todo lo permite, más aún cuando es parte de la enrevesada red transversal de parentescos y de intereses comunes
Pero, ¿quiénes son realmente la CLASE MEDIA? ¿Existe realmente? ¿O es parte del IV QUINTIL?
Hoy en día la clase ALTA-ALTA, esa con la que nadie reconoce sentirse identificado, ha sido reemplazada por la TECNÓCRATA, aquella de los masters, postgrados y doctorados obtenidos en prestigiosas universidades conocidas, y en otras, ni tan prestigiosas ni tan conocidas. Pero allí están por igual los ostentosos pergaminos que acreditan el bagaje de conocimientos de sus poseedores, aunque el SENTIDO COMÚN, aquél que no se enseña en ninguna universidad, esté ausente y que nadie puede garantizar que complemente el conocimiento.
Si se quiere más dinero para el Estado, los tecnócratas aconsejan SUBIR LOS IMPUESTOS, naturalmente con generosas compensaciones para los que más tienen y, por otro lado, GRAVAR el consumo de ciertos artículos con una carga ad hoc para desincentivarlo con la teoría absurda de la contradicción.
¿Qué puede importarle, al poderoso caballero DON DINERO, que se suba el valor del transporte público, para equilibrar del déficit heredado, si él no lo utiliza? ¿Y cuánto puede influir porcentualmente en sus arcas los $ 200 de aumento en el precio de los cigarrillos, aunque consuma diez paquetes diarios? Incrementos que, de inmediato, la CLASE MEDIA comienza a desembolsar de sus escuálidos ingresos, sin ninguna promesa de compensación que le asegure un justificado retorno.
¿No será acaso posible que el SENTIDO COMÚN que pudiese existir no sea suficiente para que la CLASE TECNÓCRATA piense que, a lo mejor, es el ingreso el que esté mal distribuido? ¿O qué con voluntad se podría recurrir a otros gravámenes o medidas más equilibradas y ecuánimes? Claro que para eso se requiere, no sólo SENTIDO COMÚN, sino que, además, INICIATIVA Y VALOR, que tampoco los pergaminos garantizan que se posean.
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