sábado, 29 de mayo de 2010

MÁS SOBRE ELECCIONES EN LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Las elecciones al interior de los partidos es un tema que preocupa a la ciudadanía democrática, y que debiera convocar al mundo político a legislar para evitar que organizaciones que son cauces de opinión se transformen en herramientas de poder de oligarquías donde se mezclan intereses y parentescos. Como lo sostiene el regionalismo, todos debemos contribuir a DEMOCRATIZAR LA DEMOCRACIA.



CARTA AL DIRECTOR DE LA TERCERA

(Sábado 29.Mayo.2010)

Elecciones en partidos políticos

Señor director:

La renovación de directivas de partidos políticos es una oportunidad para examinar su actual contribución al sistema político. El reconocimiento constitucional de éstos como instituciones de derecho público da cuenta de su importancia como insustituibles orientadores de la participación ciudadana, y base del pluralismo político democrático. Así, es fundamental que su accionar trasunte, según Sartori, un ethos social igualitario a sus afiliados, para que, como señalara Robert Michels, les caracterice una fuerza democrática más avanzada que la del accionar del Estado. Tan inapreciable función de los partidos agrava sus vicios. Hoy, incluso en formaciones “de raigambre democrática”, priman características propias de partidos aristocráticos e incluso oligárquicos. Aunque las directivas son elegidas por los miembros, su conformación real está predeterminada por “elegidos”, que no nacen de un liderazgo democrático, experiencia o mérito, sino a partir de factores mediáticos, incluso de parentesco. Esto conlleva a un desaliento en los jóvenes a ingresar en los partidos, en los partidarios a participar en ellos e impide que las colectividades se adapten a las nuevas tecnologías. Un círculo vicioso que atenta contra uno de los objetivos evidentes de los partidos: conquistar adherentes y ganar la confianza ciudadana, mediante su buen ejercicio del poder político. Las próximas elecciones de directivas debiesen constituir una ocasión en que los partidos sean capaces de enfrentar estos vicios. Pero no bastan nuevas regulaciones, por cierto necesarias -como las elecciones primarias-, sino, principalmente, forjar una cultura democrática, sin temor a una membresía que ejerza control sobre los dirigentes y participe en la adopción de decisiones.

Jaime Esponda Fernández

Profesor de Derecho Político

Universidad Autónoma de Chile

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