Amplia cobertura de prensa ha tenido, estimada diputada Sepúlveda, su justa indignación por las intenciones del Presidente de la DC, su ex partido, de pasar al Tribunal Supremo a dos figuras emblemáticas de esa colectividad, don Gabriel Valdés Subercaseaux y don Rafael Moreno, por apoyar su candidatura a la reelección como parlamentaria, ahora del PRI.
Sin embargo, algo que no calza con su condena al Diputado Juan Carlos Latorre es su silencio ante una conducta del mismo orden matonesco y autoritario pero de mayor gravedad en que ha incurrido reiteradamente el senador Adolfo Zaldívar, cuestionado Presidente del PRI, su partido.
En efecto, dos dirigentes nacionales, representantes auténticos del regionalismo y fundadores del PRI, Víctor Catalán Polanco y Ricardo Fernández Sanhueza, fueron expulsados mediante procedimientos a todas luces espurios y sin un debido proceso, por oponerse al autoritarismo de Adolfo Zaldívar, por cuestionar su legitimidad como presidente de la colectividad y por organizar un Comité de apoyo a los candidatos discriminados por respaldar la candidatura de ME-O de acuerdo a la libertad de acción decretada para la primera vuelta presidencial por el Consejo General, pero contrariando los deseos del senador.
¿Doble estándar, diputada? ¿Ignorancia de lo que ocurre al interior de su colectividad?
Usted tiene la palabra diputada.
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