lunes, 17 de noviembre de 2008

EL PRI: UN TERREMOTO POLÍTICO

Insertamos a continuación los pronósticos y elucubraciones sobre el resultado que obtendría el PRI en la elección municipal de octubre, que se anticiparon la semana anterior al acto electoral en el diario LA NACIÓN. Se destacan en "negrillas" las consecuencias de ciertos supuestos.

LA NACIÓN
(Domingo 19.Octubre.2008)
TEMAS DEL DOMINGO.
Por Javiera Olivares y Marcela Jiménez / La Nación Domingo
El síndrome del Cura de Catapilco en las municipales 2008.
El veranito de San Juan de los descolgados.

El PRI se muere por ser la prima donna en la noche de las elecciones, pero como el yogurt, varios de sus rostros tienen fecha de vencimiento. Mientras tanto, pueden aguarle la fiesta a moros y cristianos con la esperanza de convertirse en 2009 en una fuerza bisagra. En la derecha ya se preparan para el chantaje colorín en una eventual segunda vuelta, donde cada voto valdrá oro.

Hace cuatro años, a una semana de las elecciones municipales, Jorge Schaulsohn, Jaime Mulet y Adolfo Zaldívar no escatimaban esfuerzos en terreno buscando apoyos para los candidatos a alcaldes y concejales de la Concertación.
Hoy las cosas han cambiado tanto, que los tres están fuera del bloque del arco iris y bajo el alero de una nueva alianza electoral, Chile Limpio, que para los comicios de este 26 de octubre aglutina por necesidad a sus respectivas nuevas colectividades: Chile Primero y el Partido Regionalista Independiente (PRI).
Nadie sabe a ciencia cierta cuánto daño harán electoralmente los postulantes a alcaldes de este pacto, pero sí es transversal en el oficialismo y la Alianza la certeza que les robarán votos a ambos y que les han complicado las opciones de sus cartas municipales en más de una comuna.
Un impacto, en todo caso, que difícilmente durará más allá de las parlamentarias de 2009 y que en buena medida depende del umbral de sufragios que logren el próximo domingo.
Analistas y expertos de distintos partidos coinciden en que en estas elecciones no hay más descolgados que en 2004, pero que públicamente han impactado más en esta ocasión debido al "desorden y discusión" que se evidencia en la elite del bloque oficialista; en que se hayan institucionalizado bajo el paraguas de un nuevo pacto y porque sus principales rostros dejaron de manera "dramática" sus partidos de origen, como fue el caso de Schaulsohn, expulsado el 2006 del PPD, y del "colorín" Zaldívar, sancionado justo un año después por la DC.
El PRI ya existía en 2004, obtuvo un 3% de los votos y el desembarco de los "colorines" en la colectividad los puso en el tapete público, con la promesa que el liderazgo de algunas de sus figuras redunde en un mayor caudal de votos.
El Servel rechazó las firmas de Chile Primero para constituirse en partido a nivel nacional y acorralados, no tuvieron otra opción que sumarse al PRI para poder competir en estas municipales.
Una alianza que es meramente electoral y que concluida esta elección, tiene fecha de vencimiento, según advierte desde ya Schaulsohn, a quien de paso no le gusta nada que el eventual triunfo de algunos de sus candidatos se lo apropie la gente del "colorín" (ver entrevista en recuadro).
En todo caso, son aproximadamente 100 postulantes a alcalde y mil 400 a concejales de Chile Limpio, donde hay independientes, ex DC, ex PS e incluso descolgados de la derecha, una mezcla que no deja de ser confusa para el elector, según agregan los analistas.
En este nuevo pacto, especialmente en el PRI, sus líderes tienen la expectativa de superar el umbral del 5% de los votos (lo que requieren para seguir existiendo legalmente) y obtener así algún poder de negociación política, que los deje como una suerte de bisagra entre la Concertación y la derecha en el 2009.
El director de Adimark, Roberto Méndez, considera que el principal daño que genera el PRI a la Concertación es que "una de las grandes fortalezas políticas que tenía era su unidad y ahora aparece deslavada y ahí puede haber un castigo, lo que se suma a la confusión que hay en el electorado, debido a que la gente no sabe muy bien por quién está votando".
LOS FANTASMAS
Si bien en toda la campaña ha rondado el fantasma del daño que los descolgados le harán a la Concertación y en especial a la DC y el PPD, desde la Alianza reconocen que el sangramiento de votos también los afectará, pues al final todos tienen en alguna comuna un "cura de Catapilco" que les está aguando la fiesta.
En cifras, la DC tiene 98 alcaldes y en 31 de estas comunas enfrenta a un candidato del PRI; el PPD tiene 35 ediles y en cinco tiene competencia directa de descolgados; de los 12 municipios radicales, el PRI ha instalado abanderados en cinco comunas, mientras que de los 45 alcaldes PS, 15 enfrentan competidores del pacto Chile Limpio.
Nadie cree que logren elegir más de cinco alcaldes en todo el país, comunas entre las que estarían cantadas Combarbalá y Chimbarongo, aunque se reconocen otras 17 en que la situación es compleja y en las que el PRI apuesta a un buen resultado: Pozo Almonte, Antofagasta, Freirina, Olmué, Punitaqui, Limache, Quinteros Quilpué, Las Cabras, Colbún, Tomé, Imperial, Coyhaique, Quilleco, Pinto y Pitrufquén.
El "poder" del PRI se sustenta en que ha desequilibrado competencias de uno y otro bloque, dando viabilidad a abanderados que no tenían chance, convirtiendo en incierto el resultado. En el caso del oficialismo es la situación que se da en comunas como Santiago, Calama, Coquimbo, Temuco, Rancagua, Chillán Viejo, Valparaíso, Punta Arenas, Copiapó, Padre Hurtado y Talca.
En la derecha, RN cuenta con 38 alcaldes de los cuales 12 enfrentan a un candidato del PRI, mientras que de los 51 ediles UDI, 20 compiten con un aspirante de Chile Limpio. Reconocen que en comunas como La Reina, San Felipe, Independencia, Padre Las Casas y Colina tienen un resultado precario y nada auspicioso para sus abanderados.
¿QUIÉN DA MÁS?
En el PS y la DC aseguran que las cifras se han estabilizado, que el PRI no se transformará en la amenaza que se creyó inicialmente y que incluso estará más cerca del 3% de 2004, unos 180 mil votos aproximadamente, debido a que su fuerte está en comunas chicas que no suman un gran caudal en el recuento final.
Además, en la mayoría de los partidos relativizan el valor de la votación que obtengan, dado que su apoyo no responde a gente que adhiere a un proyecto político específico, junto al hecho que la gente de Flores y Schaulsohn insisten en que están juntos pero no revueltos.
Suman al análisis el pronóstico de que muchos de sus actuales candidatos, una vez finalizada la elección e independientemente de cómo les vaya, volverán a sus respectivos partidos en la Concertación.
Por último, advierten que la tendencia del electorado es inclinarse por los grandes bloques y que sólo entre el 12% y el 15% apoya a pactos minoritarios o independientes, cifra que se repartirá en la oferta electoral ajena al oficialismo y la Alianza.
"Aunque la Concertación baje dos o tres puntos, no implica que éstos se vayan al PRI. Si la DC supera el 16% de los votos es un triunfo y si la brecha con la Alianza se acorta, igual estaremos más cerca de la mayoría absoluta", sentenció el secretario nacional de la flecha roja, Moisés Valenzuela.
En esa línea, Méndez añade que "ninguno de los descolgados individualmente representa una gran fuerza política ni un liderazgo individual que se ponga a la altura de las grandes figuras de la Concertación. Pero en su conjunto representan una vía para expresar el descontento de gente que no está dispuesta a votar por la derecha. La sorpresa será si capitalizan ese descontento, pero colectivamente".
Los cálculos en los partidos varían y nadie se atreve a amarrarse con un pronóstico. Optan por establecer rangos. Si el PRI saca menos del 5% significa que pasó sin pena ni gloria; si llega hasta el 7% será un factor a observar y considerar en el escenario político de 2009; si supera en votos a los radicales es delicado, pero si oscila entre el 8% y el 10%, se transforma en un terremoto político.
De superar el 5%, el analista del Instituto Libertad de RN, José Miguel Izquierdo, precisó que el PRI "se puede transformar en un actor con capacidad de chantaje, especialmente para la Alianza, porque vienen emigrando de la Concertación. Hablo de chantaje en el entendido de su capacidad para condicionar su apoyo o votos, para que nosotros logremos objetivos".
Tal como lo vaticinan en RN, el porcentaje que obtenga el PRI adquiere relevancia para los intereses presidenciales del líder colorín y la duda es hacia dónde incline a sus seguidores en la contienda de 2009.
"Adolfo ve que ya no tiene espacio en la Concertación, que no podrá elegirse como un líder. Entonces si la Alianza tampoco le ofrece estar en la primera línea de un gobierno, no hará negocios. El está buscando protagonismo, transformarse en un referente", precisa el experto electoral UDI Gonzalo Miller.
MULET: "NO SOY DESCOLGADO"
El diputado Mulet, cuyo liderazgo en el PRI ha sido cuestionado duramente por dirigentes antiguos de la tienda que lo acusan de apropiarse de la colectividad, asegura que no se siente un descolgado, sino que representan a los desilusionados de la Concertación y añade que sus votos provendrán de "ese 60% de la población que hoy no se identifica con ninguno de los dos pactos grandes, gente sicológicamente libre".
Tras precisar que su objetivo no es hacer daño al bloque del arco iris, lanza su pronóstico: "Tendremos una influencia decisiva, vamos a sacar una votación superior a la diferencia entre la Concertación y la Alianza, será una diferencia en votos importante y por tanto algunos desmemoriados no se olvidarán de nosotros".
¿DEBUT Y DESPEDIDA?
Más allá del porcentaje que obtengan, en la práctica el PRI no puede cantar victoria el próximo domingo. Sus cinco parlamentarios el próximo año van a la reelección y no es un dato menor el hecho que el 2005 fueron elegidos bajo el alero del bloque oficialista. Sus realidades son diferentes ya que, si bien la diputada Alejandra Sepúlveda ganó con un cómodo 54,4% y Mulet con el 36%, hay otros como Carlos Olivares que sólo obtuvo un 19,8% -y quien se instaló en la Cámara gracias a la "beca" Girardi-, una cifra que por sí sola no es suficiente para doblarle la mano al sistema binominal.
Mulet precisa que después del 26 de octubre, viene efectivamente la prueba de fuego para su colectividad.
A pesar que anuncia lista parlamentaria propia del PRI en diputados y senadores, junto a una candidatura presidencial -que sería obviamente la del colorín Zaldívar-, reconoce que el sistema binominal es una valla bien difícil de sortear.
Así, de no convertirse en estas municipales en la "prima donna" de la política nacional, desde los dos grandes bloques apuestan a que el PRI se verá obligado a llegar a un acuerdo parlamentario, en una fórmula que podría ser integrarse a una lista y llevando candidato propio.
"No sería una novedad para la Alianza llevar dos candidatos, Adolfo Zaldívar y Sebastián Piñera y tener una sola lista parlamentaria", dicen en la derecha.
En ese caso, en la Concertación igual ya no le temen tanto al factor PRI, aunque incluso le amargue la fiesta a varios el próximo domingo, porque en el escenario de una alianza con la derecha, consideran que parte de los votos del colorín y sus seguidores volverían al oficialismo en una segunda vuelta y al final del día, todo este episodio no será más "que un veranito de San Juan" de los descolgados.

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