martes, 11 de marzo de 2008

DISCURSO DE CLAUDIO RIVERA

Claudio Rivera, hace uso de la palabra ante el Consejo Nacional Ampliado .



Texto de la intervención del abogado Claudio Rivera C., miembro de la Comisión Política, en la reunión ampliada del Partido Regionalista llevada a cabo en el hotel Libertador el domingo 9 de marzo de 2008.


INTRODUCCION .

Durante este último tiempo se hace evidente un distanciamiento entre los intereses de las personas y los políticos de nuestro país. Mientras la Concertación pretende hacer gala de éxitos macroeconómicos, un malestar creciente se apodera de los chilenos. La Alianza por su parte no logra capitalizar el creciente descontento, por cuanto carece de credibilidad para la mayoría de la ciudadanía.
La permanente información acerca de la corrupción; de la falta de cuidado en el manejo de los fondos públicos; los altos índices de delincuencia; el problema de una cesantía significativa, la inequidad en la educación que margina a los chilenos; el centralismo que margina las regiones; los estallidos sociales; la sensación permanente que los poderosos abusan de los débiles; la voracidad de las transnacionales y la destrucción del medioambiente; y las acusaciones recíprocas de los políticos, son algunos de los muchos problemas que han agotado la paciencia de los chilenos.
Esta disociación entre el sentir del pueblo de Chile, y la actuación del gobierno y de la oposición, ha llevado a la política y a los políticos a un nivel de desprestigio, que les priva de toda posibilidad de liderazgo para resolver los problemas reales del país.


El neoliberalismo y sus consecuencias.

Los sucesivos gobiernos de la Concertación han administrado el sistema neoliberal, instaurado durante el régimen militar; y han continuado debilitando el rol regulador del Estado, la importancia de los sindicatos y en general de las organizaciones populares; porque ello es contrario al modelo.
El neoliberalismo económico, al que el gobierno y la oposición adhieren sin restricciones, ha podido asignar recursos de manera eficiente y aumentar la competitividad. Sin embargo, este sistema que solo se preocupa del dinero y no de las personas, ha ocasionado la mayor desigualdad que conoce la historia de Chile; la emergencia del individualismo que carece de toda ética, y en el cual los sectores dominantes económicamente pueden lucrar a costa de la debilidad de los pequeños.
La voracidad del modelo, en que solo importa la rentabilidad, permite a las grandes empresas y transnacionales, incrementar sus ganancias a costa del sufrimiento de la gran mayoría de los chilenos, ocasionando además la destrucción y pérdida de nuestras riquezas naturales, generando en algunos casos daños gravísimos al ecosistema.

El bipartidismo y la dictadura de los partidos.


Sin embargo, aún cuando los chilenos tenemos plena conciencia que la gran mayoría de los trabajadores incluso carece de un salario ético frente a una minoría que usufructúa del sistema; no ha habido una voz que defienda a los trabajadores, a los estudiantes, a los desposeídos, a los pequeños y medianos empresarios de nuestro país.
Ello se debe a que el la Concertación como gobierno, y la Alianza como oposición, están de acuerdo en el mismo sistema neoliberal. La Concertación puede hacer uso de los cargos públicos y de su influencia por una parte; y por la otra, la Alianza puede administrar sus empresas y negocios sin ningún obstáculo, ya que el gobierno le otorga seguridad tanto en el frente interno como en el externo. Este acuerdo de gobierno y oposición es lo que se ha denominado el Suprapartido Transversal.
Por otra parte, el sistema binominal, es el mecanismo jurídico mediante el cual puede hacerse efectiva esta dictadura de los partidos y sus conglomerados.
En efecto, el sistema parlamentario binominal establece que se eligen dos senadores o dos diputados por cada región o distrito electoral, según corresponda. Como consecuencia de lo anterior, el resultado va a ser que siempre se elija un candidato de la Alianza y uno de la Concertación. Para romper esta paridad, es necesario que alguno de los conglomerados doble al otro, o dicho de otra manera que gane por más del 66,6% de los votos, lo que es casi imposible.
Es evidente que este sistema le conviene a ambos conglomerados, ya que se garantizan su permanencia; impidiendo que ingrese un tercer referente a disputarle el cupo, ya que ellos manejan el poder político y económico, y habría que obtener más que el 33,33% de entrada lo que es casi imposible que ocurra.
Este acuerdo implícito entre la Alianza y la Concertación, aún cuando se turnen en el gobierno, persistirá sin mayores cambios; a menos que los chilenos seamos capaces de alzarnos con un tercer referente, que no solo tenga una nueva propuesta, sino muy especialmente una forma nueva de hacer política.
Hoy día más de la mitad de los chilenos rechazamos la actuación de la Concertación y de la Alianza, y el clamor se traduce en una frase: ¡NO QUEREMOS MAS DE LO MISMO!

NUESTRA INVITACION Y NUESTRA PROPUESTA.


El Partido Regionalista de los Independientes está llamado a ser un nuevo referente ciudadano, para hacer en Chile una sociedad justa, solidaria, democrática, acogedora, en la que nos tratemos los unos a los otros como personas.
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El PRI es y será el resultado de lo que sus militantes vayan definiendo dentro de un marco filosófico amplio, de profundo respeto a la persona humana y al medioambiente; teniendo la democracia participativa y el regionalismo como principios de la acción política.

El partido se orienta a la búsqueda de la unidad nacional, en la que todos los chilenos sin exclusiones, con los mismos derechos y obligaciones, aportemos legítimamente y con distintas perspectivas, a la solución de los problemas reales del país.

De esta manera, nuestro partido es una invitación permanente a quienes quieran incorporarse, y apoyar con su esfuerzo e inteligencia para alcanzar los fines que nos hemos propuesto, siendo nuestro ideario para la acción lo siguiente:

I.- Progreso con rostro Humano.

El PRI postula como primer principio, el desarrollo integral de la persona humana en una relación armónica con el medio ambiente. Para lograr este fin, es necesario que la cultura, la política, la economía, la educación, y en general toda actividad social se oriente a dicho objetivo. La fortaleza de este principio descansa en el hecho que las personas son seres amorosos, que requieren condiciones básicas para dar y recibir afecto, razón por la cual debe ser preocupación permanente el generar una sociedad en que primen los valores de solidaridad, respeto, equidad y justicia social.
La naturaleza gregaria del ser humano, encuentra en las familias y comunidades, las organizaciones básicas sobre las cuales se estructura la sociedad; siendo un objetivo permanente su fortalecimiento y protección.
El respeto por la naturaleza y el medioambiente, constituye no solo la forma correcta de disfrutar de la vida, sino además la garantía de subsistencia de la especie humana en la faz de la Tierra.

II.- Democracia y Participación.


El PRI, asume como segundo principio, que la democracia participativa, constituye el mejor sistema representativo sobre el cual debe estructurarse nuestra organización política. Sin embargo ella solo alcanzará su objetivo en la medida que exista una actuación permanente de la ciudadanía en la solución de sus problemas, y el control efectivo de los mandatarios elegidos: juntas de vecinos, líderes locales, concejales; alcaldes; diputados; senadores y presidentes, quienes se deben, en primer término a quienes los designan democráticamente. Aún cuando los partidos políticos pueden realizar las acciones las conducentes a obtener para sus candidatos el acceso constitucional a los cargos públicos de elección popular, ello en caso alguno limita la obligación del mandatario de responder a quienes representa en el ejercicio de su mandato.
El control de los mandatarios requiere de un sistema que permita la transparencia de la gestión pública a toda la ciudadanía, y de medios de información libres e independientes.

III.- Regionalismo político y económico.

El PRI, asume como tercer principio, que el regionalismo es la expresión mas cabal del respeto por las comunidades y sociedades locales y regionales, instancia en la que se debe reconocer el derecho a designar a sus miembros para los cargos de elección popular, y a hacer efectiva la responsabilidad política de los mismos.
Desde el punto de vista económico el regionalismo se orienta a reconocer la legítima aspiración de la comunidad regional para proteger y cuidar su medio ambiente, como también a beneficiarse del desarrollo de las actividades productivas que se realizan en cada zona.
Sin perjuicio de lo anterior, el PRI conforme a la ley de partidos políticos, siempre propende a la defensa de la soberanía, independencia y unidad de la Nación y contribuye a preservar la seguridad nacional, los valores esenciales de la tradición chilena y la paz social

IV.- Desarrollo sustentable como aspiración permanente.

El PRI, postula como cuarto principio, orientar su acción a generar condiciones para el crecimiento económico, con equidad social, respeto por nuestro patrimonio natural, y conservación ambiental; llamando a todos los actores del proceso productivo a trabajar mancomunadamente para generar un progreso con rostro humano.
La conservación de la Tierra como un ecosistema equilibrado, es una obligación no solo para la sociedad actual sino también para las venideras.
Es por ello, que la actividad económica debe mejorar la calidad de vida de las personas; mantener una adecuada conservación del ecosistema; y propender al desarrollo de actividades que incorporen valor a las materias primas.
De igual manera propugna un fortalecimiento de la pequeña y mediana empresa; de cooperativas y empresas familiares, generando organizaciones productivas que permiten una comunidad activa en lo económico disminuyendo así los desequilibrios del sistema.
Es función del Estado el compensar la inferioridad económica en que se encuentra la pequeña y mediana empresa frente a las transnacionales y grandes empresas, y en general velar por una adecuada protección de las personas más débiles de la sociedad: niños, madres y ancianos.

V.- Unidad nacional.


El PRI busca la unidad de todos los chilenos, sin exclusiones, en la consecución de sus ideales patrios. Asume que podemos tener distintos orígenes, religiones, culturas, etnias, sexos, y actividades o profesiones, y que sin embargo todos somos miembros de la comunidad nacional con los mismos derechos y obligaciones.
La diversidad de personas y experiencias, constituye una riqueza social de Chile, que permite el aporte de todos y cada uno para el desarrollo de nuestra Nación, porque la Patria somos todos.
La unidad nacional, es el resultado de asumir como chilenos que todos somos responsables de nuestra historia, y reencontrarnos fraternalmente, cerrando definitivamente las heridas del pasado; para construir en conjunto el Chile futuro

VI.- Liderazgo comprometido y participación social.

El PRI busca sus militantes en las comunidades, a fin que sean los líderes en una forma de hacer política que busca la concordia y el entendimiento, para recuperar el sentido común y volver a tratarnos amablemente como personas. Ello impone un compromiso auténtico de servicio en la acción social y política, que los haga confiables a su comunidad, demostrando permanente consecuencia con los principios que inspira nuestra colectividad.
La acción política debe propender siempre a lograr la participación efectiva y democrática de las personas, tanto dentro como fuera de la organización partidaria.
Los mandatarios tienen la obligación legal y moral de responder frente a sus electores por el cometido durante el desempeño de sus cargos.

VII.- Acción correcta.

El Partido postula que la solución de los problemas y carencias de nuestra sociedad, deben ser resueltos, fundamentalmente por la comunidad de inteligencias libremente expresadas, y sin otras limitaciones que el respeto a la persona humana y al ecosistema.
Que en la búsqueda de las soluciones debe intentarse permanentemente consensos para que la sociedad civil participe realmente en alcanzar el bien común.
La solución de los problemas sociales requiere, además del conocimiento, de la utilización de las ciencias sociales y económicas, a fin de permitir una evaluación permanente de la acción política, conociendo el desarrollo del proceso y los logros alcanzados a fin de introducir responsablemente las modificaciones que sean necesarias para alcanzar los objetivos propuestos.

UNA NUEVA FORMA DE HACER POLÍTICA.

Hace mucho tiempo que los chilenos hablamos con los que piensan igual que nosotros, y discutimos con los que no piensan igual.
Es por ello que nuestra propuesta debe llevarse a cabo de una manera distinta. Porque nuestro desafío busca por una parte, la participación efectiva de todos los chilenos sin exclusiones en la medida que compartan nuestro ideario; y por la otra, la unidad nacional.
Sin una participación efectiva y permanente en la solución cotidiana de nuestros problemas y desafíos, y en que todos seamos sujetos de nuestro propio destino; aún cuando ganemos elecciones y subamos porcentajes no alcanzaremos nuestros objetivos y seremos siempre más de lo mismo: delegando en los políticos de turno las decisiones que nos corresponden como sociedad civil.
En la búsqueda de la unidad, debemos ser capaces de respetarnos las identidades de cada uno de nosotros, las legítimas diferencias, y encontrar en la diversidad, aquello que nos es común.
Debemos tener presente que nuestro país es una larga y angosta faja de tierra, donde convivimos personas que tenemos distintos idiomas, distintas culturas, distintas historias, distintas creencias, distintos sueños, y que nuestro objetivo, es precisamente unirnos para hacer una sociedad mas justa, solidaria, ética, y acogedora.
A partir de hoy, tendremos que comenzar a aprender a comunicarnos; a conocer nuestras diferencias, a escucharnos respetuosamente en nuestras historias, a comprendernos, a descubrirnos los unos a los otros como personas, a reencontrarnos, y a veces a perdonarnos.
Los problemas de nuestro país, no tienen una solución ideológica, ni tampoco existe un recetario al cual podamos ajustarnos permanentemente; por el contrario, es nuestra convicción que los problemas deben ser resueltos de manera creativa y por las comunidades humanas informadas, generando así, una concertación de inteligencias que participa activamente en la solución de ellos.
Nuestro llamado es a pensar con el corazón, para darnos cuenta que el que fuera nuestro adversario político hace décadas, hoy canoso y cansado puede caminar confiada y alegremente a nuestro lado; que esos jóvenes cuyas vestimentas y hábitos a veces nos merecen reparos, sueñan como soñamos nosotros y esperan que alguien los quiera y los escuche; que los presos que infunden temor, son personas, y que podemos mejorar su situación y la de sus hijos para evitar que ellos continúen por la misma senda; que esos viejos que aparecen como lejanos, pueden renacer a través de sus ojos con una palabra afectuosa nuestra, y encontrar cálidamente la experiencia y el testimonio de su vida.
Y …¿Como nos llamaremos entre nosotros?
Camarada. Que significa el que anda con otro y vive con él. O tal vez Amigo. El que declara la amistad. Quizás Hermano. Que importa el reconocimiento del padre o madre común.
Puede ser también Compañero. El que comparte el pan. Que amable suena “compañera”, cuando se comparte el pan.
Cualquiera sea el tratamiento afectuoso que nos demos entre nosotros, es también un buen inicio para entablar un diálogo como seres humanos con nuestros vecinos, con nuestros colegas, con nuestros conocidos, y también con desconocidos.
Cuando comencemos a pensar con el corazón, y nos reencontremos como personas, descubriremos que Chile no es la corrupción, ni los femicidios, ni los jóvenes que no “ están ni ahí”, ni el triste espectáculo del gobierno y la oposición entretenidos con acusaciones recíprocas en lugar de resolver los problemas del país.
Nos daremos cuenta que los jóvenes chilenos están aquí, estudiando, construyendo, haciendo trabajo solidario; que las mujeres manejan las casas cuidan los niños, y trabajan para aportar a la economía familiar; que los pequeños y medianos empresarios inician sus jornadas muy temprano y las terminan muy tarde; que la mayoría de los profesionales desempeñan afanosamente sus actividades para procurar un destino mejor a sus familias; que los trabajadores de la construcción salen antes de amanecer para llegar a sus puestos de trabajo; que nuestros hermanos mapuches siembran trabajosamente su tierras; que detrás de cada mesón de los servicios público hay personas que apenas sobreviven con sus remuneraciones; que detrás de cada miembro de las FFAA hay una familia que lo espera ansiosa; que los mineros laboran en condiciones extremas; que detrás de cada campanada de colegio hay profesores y auxiliares que educan a nuestros hijos; que los trabajadores portuarios desarrollan incesantes jornadas para mandar los productos chilenos al exterior; y que al volante de los medios de trasporte hay un conductor que quiere ser respetado como persona.
Pensar con el corazón es tener la capacidad para encontrar en el otro una persona, que quiere ser reconocida, amada y respetada, como nosotros queremos serlo.
Nuestra invitación es a construir Chile pensando con el corazón, para regalar a nuestro pueblo un gobierno de Unidad Nacional en el Bicentenario.

¡PORQUE LA PATRIA SOMOS TODOS!

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