NOTAS Y RUMORES REGIONALISTAS

NOTAS Y RUMORES REGIONALISTAS

1. Cristián Brito Gajardo, habría renunciado a continuar sirviendo en la oficina de Adolfo Zaldívar, donde tiene su domicilio el PRI.

2. Se comenta que es muy posible que todos los regionalistas expulsados recurran al TRICEL, aunque algunos piensan que no vale la pena, por el desprestigio en que el “adolfismo” ha sumido al PRI y porque con dos parlamentarios, ambos con votación propia, la colectividad tiene fecha de vencimiento.

3. Se rumorea, también, que Adolfo Zaldívar quiere la Presidencia del Banco Estado porque dicha institución tiene oficinas a lo largo de todo Chile, lo que le permitiría fortalecerse acomodando a sus seguidores, cuyas lealtades están condicionadas por los “pitutos”, sujetas a los intereses personales de cada uno.

4. Circulan preguntas de cómo puede el PRI autodenominarse regionalista si su Presidente, Adolfo Zaldívar, es un ex DC de centro derecha, su Secretario General, Rodrigo de Aguire, un ex “samurái” de Lavín, su Tesorero General, Eduardo Díaz Herrera, un ex Partido del Sur y ex socio político de Álvaro Corbalán de Avanzada Nacional y el Presidente del Tribunal Supremo, Eduardo Díaz del Río, un ex Partido del Sur, ex UDI, ex DC y hoy PRI. Todas cartas de presentación para exhibirlas ante el actual Presidente de la República. ¿Será que a eso le llaman centro político?

5. Para muestra un botón: Candidatos a Diputados protegidos y respaldados por Adolfo Zaldívar obtuvieron una magra votación que, lastimosamente, bordearon apenas los 500 votos.

6. Las preguntas del día: ¿Jaime Mulet seguirá esperando? ¿Y qué espera?

7. Dicen que uno de los que firman la acusación contra Jaime Mulet, cercano al ex senador, aspira, sin perder las esperanzas, a una “peguita” en el Ministerio de Hacienda. Si no la consigue volvería a la DC.

8. La Presidente de la Cámara de Diputados respalda la petición de Adolfo Zaldívar de entregar facultades extraordinarias al Presidente de la República, al mismo que el ex senador califica del “gato al cuidado de la carnicería”, limitando las facultades de la propia cámara: ¡Qué contradicción!