¡OJO!: Advertencia para estar atentos frente a los ofertones electorales.
LA TERCERA
MUNDO
(08 de Agosto de 2009)
Columna
LA RECETA DE LOS NUEVOS GOLPES
Por Moisés Naím
Editor de la revista norteamericana Foreign Policy.
El propósito de esta receta es ofrecer los ingredientes y la preparación para golpes de Estado que no dependan –al menos inicialmente- del uso de las Fuerzas Armadas. Como se sabe, el mundo ya no digiere tan bien los golpes militares. Esta intolerancia ha puesto de moda una nueva forma de cocinar la toma del poder. La nueva receta se basa más en abogados que en tenientes coroneles, y usa como ingredientes fundamentales reformas constitucionales y referendos en vez de tanques y ataques armados al palacio presidencial. La receta es diferente, pero el resultado es el mismo: un líder autocrático que, guardando las apariencias democráticas, retiene el poder por tiempo indefinido y hace lo que quiere. Es importante enfatizar que, al igual que todas las recetas que se internacionalizan, ésta también se prepara de manera algo diferente en cada país. Por ejemplo, las elecciones en Zimbabwe para dejar a Robert Mugabe en el poder después de 29 años se cocinan de manera distinta de como se practica la gastronomía electoral en Rusia. Allí, la receta garantizó que, a pesar de las elecciones, Vladimir Putin siga mandando, aunque el Presidente es otro. A su vez, en Irán, donde les gusta comer la política muy aderezada con religión, el chef supremo, Alí Jamenei, explicó que la aplastante y sospechosa victoria electoral del Presidente Mahmud Ahmadineyad fue “una señal divina”. En su versión latinoamericana la receta depende más de manipulaciones constitucionales que en otras partes.
A continuación, les ofrezco la receta -con sazón latina.
1. Sacúdase bien a la población más pobre con la campaña de polarización y conflicto social más intensa
entre grupos sociales debe ser llevado a su máximo.
2. Llegar al poder gracias a una elección democrática. Esto se facilita si los partidos tradicionales están desprestigiados.
3. Ganar toda nueva elección. Como sea. Hacer lo que haga falta. Pero nunca dejar el poder. Las elecciones no son para eso.
4. Cambiar los altos mandos militares promoviendo a oficiales de probada lealtad al Presidente y su “proyecto”. Premiar a los oficiales leales y castigar a los poco entusiastas. Espiar a todos todo el tiempo.
5. Hacer lo mismo con jueces y magistrados.
6. Una vez completado el paso anterior, proponer cambios constitucionales para ser aprobados mediante un referéndum. En ese referéndum, estimular la abstención opositora.
7. La nueva Constitución debe garantizar todo tipo de derechos a los ciudadanos - muy especialmente a
8. Controlar a los medios de comunicación. Tolerar algunos medios críticos contra el gobierno que tengan pocos lectores o telespectadores, como ejemplo de que se respeta la libertad de expresión.
10. Repetir el paso número tres indefinidamente.
¡Buen provecho!
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