BINOMINAL
Está claro que la Concertación ni la Alianza - ese supra partido transversal que sojuzga a Chile -, no quieren terminar con el sistema binominal que les permite usufructuar de los beneficios del poder. Ellos saben que cualquier puerta que se abra para una reforma electoral profunda que democratice el sistema, representa para ellos un peligro y el fin de su poder al permitir que las corrientes emergentes los desplacen con la legitimidad propia de una participación ciudadana auténticamente representativa: El binominal es el único sustento que mantiene con vida a la Concertación y a la Alianza.
No todo, sin embargo, es culpa exclusiva de ese gran supra partido “ALIANCISTA-CONCERTACIONISTA”, también es responsabilidad de las corrientes emergentes y de los partidos excluidos por el sistema a los que perjudica por igual el binominal en desmedro de la participación de sus numerosos seguidores. Estas organizaciones tienen la obligación de reconocer que el objetivo común que los anima debe unirlos y no caer en la trampa de la coalición supra partidaria que lo único que pretende es mantenerlos divididos para subsistir y seguir reinando en el escenario político.
No se trata que los partidos y movimientos que no se alinean con la coalición supra partidaria sacrifiquen legítimas ideologías o valores, si no que de reconocer la existencia de la aspiración democrática común que los alienta, cuya concreción es el único camino capaz de permitir a cada una de ellas abogar por materializar sus anhelos en un plano democrático, sin comprometer esas ideologías y esos valores particulares que independientemente promueven.
Está claro que la Concertación ni la Alianza - ese supra partido transversal que sojuzga a Chile -, no quieren terminar con el sistema binominal que les permite usufructuar de los beneficios del poder. Ellos saben que cualquier puerta que se abra para una reforma electoral profunda que democratice el sistema, representa para ellos un peligro y el fin de su poder al permitir que las corrientes emergentes los desplacen con la legitimidad propia de una participación ciudadana auténticamente representativa: El binominal es el único sustento que mantiene con vida a la Concertación y a la Alianza.
No todo, sin embargo, es culpa exclusiva de ese gran supra partido “ALIANCISTA-CONCERTACIONISTA”, también es responsabilidad de las corrientes emergentes y de los partidos excluidos por el sistema a los que perjudica por igual el binominal en desmedro de la participación de sus numerosos seguidores. Estas organizaciones tienen la obligación de reconocer que el objetivo común que los anima debe unirlos y no caer en la trampa de la coalición supra partidaria que lo único que pretende es mantenerlos divididos para subsistir y seguir reinando en el escenario político.
No se trata que los partidos y movimientos que no se alinean con la coalición supra partidaria sacrifiquen legítimas ideologías o valores, si no que de reconocer la existencia de la aspiración democrática común que los alienta, cuya concreción es el único camino capaz de permitir a cada una de ellas abogar por materializar sus anhelos en un plano democrático, sin comprometer esas ideologías y esos valores particulares que independientemente promueven.
El Editor
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