Señor Presidente del PRI,
Señores integrantes del Directorio,
Señores líderes comunitarios,
Señores concejales,
Señores parlamentarios,
Señores candidatos a cargos de representación ciudadana,
amigas y amigos:
Constituye un privilegio intervenir en esta asamblea. El momento es histórico. Como pocas veces un puñado de chilenos está ante la posibilidad de quebrar la odiosa partidocracia y, por otro lado, cuestionar conceptos como “izquierda” y “derecha”.
Desde 1990 a la fecha el país está encajonado. Obligado a escoger entre la Concertación y la Alianza. Este chantaje ha finalizado con el PRI. Esta tienda emprende el III camino. En torno a si se está a babor o a estribor respondemos “¡arriba y adelante!”. Eso de “izquierda” y “derecha” es un reduccionismo que nace con la Revolución Francesa en el siglo XVIII y nosotros somos chilenos del siglo XXI.
Con razón Gonzalo Fernández de la Mora nos enseña que vivimos el “crepúsculo de las ideologías”. Hoy no podemos meter la realidad en calabozos doctrinarios que son librescos. La vida supera las teorías. Por eso se preponen ideas-fuerzas y no tesis que se convierten en barrotes de una penitenciaría.
Una idea-fuerza es el desarrollo económico que significa crecimiento. Hoy vemos que si ayer se crecía al 7.2% hoy se decrece. La crisis energética explica sólo en parte este decaimiento.
Ese desarrollo que supone industria y vigorización de las pymes. Se apunta a superar esa endeble condición de eterno exportador de materias primas y alimentos. Implica también soberanía y justicia social.
Soberanía porque el TLC con EEUU es asimétrico. Disminuye nuestra autodeterminación. Es ilusoria una alianza entre un elefante y una hormiga. Con sorpresa vemos como el PS se hace pronorteamericano. Los antimperialistas de ayer son los proyanquis de hoy. Pruebas al canto: tropas chilenas en Haití y tolerar lo que significa Pascua Lama en la III Región.
Cuando aludimos a la soberanía siempre está presente quien alude a la “globalización”. Sostengo que la globalización es el nuevo rostro del imperialismo. Quien lo dude que consulte hoy a iraquíes, afganos, palestinos y chechenios con sus patrias invadidas, sus aldeas arrasadas, sus mujeres violadas y su muchedumbre de huérfanos y refugiados. A los haitianos cuyo presidente Aristide es derrocado por comandos francoyanquis. Luego viene la ocupación extranjera ¿Acaso olvidaremos que Panamá es invadida en 1990 y su Presidente de la República atrapado como conejo y sepultado en un presidio de La Florida? ¿Acaso no recordaremos que Gran Bretaña agrede a Argentina por Malvinas y, peor aun, alega soberanía sobre la Antártica?
Quienes creen que el antimperialismo está añejo se equivocan. Su correlato, el nacionalismo –rectamente concebido- es nuestra bandera. Lo visualizamos como instrumento para sacudirnos de la dependencia externa así como el desarrollo es la herramienta para superar el rezago, el desempleo y el endeudamiento. Esto es clave para imponer la justicia social que no brota de expropiar la riqueza ajena, sino de generar riqueza propia con el esfuerzo ciudadano tanto libre como aquel que capitanea el Estado.
Repitamos: desarrollo y soberanía. Añadamos otra idea-fuerza: reconciliación. La guerra fría entre Moscú y Washington se expresa en nuestro país en el enfrentamiento de civiles y uniformados. Es efecto de una confrontación forastera. A décadas de aquella reyerta el PRI exige se sepulte el hacha de combate y se fume la pipa de la paz. Se debe poner fin a la industria del odio y del rencor. Abramos la puerta a indultos y anmistías. Eso significa perdón y olvido para quienes están en trincheras opuestas de 1973 a 1990.
Reconciliación externa... Necesitamos un vasto acuerdo subregional con las repúblicas fronterizas. Ello para el control del gasto militar, la explotación mancomunada de los recursos naturales, el fomento del intercambio académico, el impulso al turismo, la intercomunicación vía terrestre Pacífico y Atlántico, la garantía para los capitales, personas y mercancías desplazadas una república a otra en este marco.
Esta sería la presencia externa de la reconciliación. Apunta, en síntesis, a generar en el Cono Sur un polo pluriestatal de desarrollo bioceánico equivalente a los que hoy exhibe Sudáfrica, la India y Australia. Observen el planisferio. Los tres son meridionales y bioceánicos.
Otra idea-fuerza es el rescate de nuestra identidad impactada –desde el exterior- por modas, modales y modelos, ideas e ideologías, prejuicios y patrañas que nacen en el Viejo Mundo o EEUU. De allá arriban y aquí y son legitimadas por la TV. No se propone hermetizarnos, sino establecer –en el ámbito cultural- aduanas que separen el trigo de la paja, lo útil y la basura. Pareciera urgente atajar el calco indiscriminado de lo foráneo. El tema es algo complejo. Apenas dos ejemplos para que me entienda.
Hay un afán por imponer la enseñanza del Inglés y hasta del Chino Mandarín en el sistema escolar. El problema está en que nuestros alumnos son analfabetos funcionales en idioma patrio. Algo de criterio: “la caridad comienza por casa”. Otro ejemplo, España y Holanda imponen el “matrimonio” homosexual. Se argumenta que porque esos países lo instituyen aquí debemos imitarlos… Allá ellos, acá nosotros y siempre defendiendo la soberanía que no está sólo en lo político, lo económico, lo militar, sino en lo cultural.
Este es el sentido patriótico que tuvo mi candidatura al Premio Nacional de Educación 2007 que levantara el PRI. Es cierto que no lo gané. No obstante, nuevamente postulo el año próximo y con el apoyo de cinco Universidades. Requiero el compromiso de nuestra bancada parlamentaria para que haga presente en el hemiciclo del Poder Legislativo y ante el titular de la Cartera del rubro que tal galardón no debe concebirse como recompensa política, sino reconocimiento a una labor académica avalada por trabajo en aula y producción científica que se expresa en publicaciones como las de mi autoría.
El PRI –reitero- nace como el III camino entre dos versiones del dogma neoliberal. Es una protesta ante la postergación secular de las regiones por el centro. Es la voz de las capas medias y populares ignoradas por la Concertación y la Alianza.
“Estratos postergados”… “Regiones postergadas”.., ¿Eso es todo? No, señores, las colectividades políticas no aprendieron nada –o muy poco- en 17 añosa de receso.
Regresa la democracia y vuelven a lo de siempre. Yo se los voy a expresar: bases postergadas por las cúpulas. Hay en cada partido un puñado de caciques y una multitud de súbditos, están los que mandan y los que obedecen, los que cortan el “queque” y los que pillan las migajas. El PRI se propone ser distinto e imponer amplia democracia interna en su estructura.
El PRI nace proponiendo un movimiento nacional y popular que genere mecanismos de consulta a los militantes y a los simpatizantes. Anhela ser distinto a las demás colectividades y ello para servir y no servirse de la ciudadanía. Apetece una acción coordinada de base, faldeo y cumbre en el cual cada afiliado no sea cifra, sino actor respetado.
Esta es la médula del Movimiento Nacional y Popular del cual el PRI es el primer eslabón. Movimiento tricolor que ata en un solo haz flechas que suponen diversas tendencias, pero que disparan sobre el mismo blanco. Movimiento donde la patria somos todos y donde a nadie se le pregunta de dónde viene, sino sólo se le pide adherir a las ideas-fuerza analizadas. Las repito
------- desarrollo económico
----- soberanía poliédrica
----- reconciliación interna y externa
----- rescate de la identidad
----- regionalismo
----- democracia interna
Camaradas, en esta hora inolvidable
¡Salud!
¡Viva el PRI!
¡Arriba Chile!
(*) El Prof. Godoy –historiador y sociólogo- es catedrático de la U Arturo Prat y Mayor. Lo exoneran en 1974 de la Universidad de Chile. La democracia concertacionista se niega, sistemáticamente, desde 1990 a reincorporarlo a su cátedra. Funda con Felipe Herrera y Tomás Pablo el Centro de Estudios Chilenos CEDECH. Es autor de varias obras entre las que destacan “Libro negro de nuestra educación”, “Revolución en las aulas”, “Nacionalidad y educación”, “FFAA: reflexión permanente”, “Día de sangre. Nicolás Palacios y el genocidio de Iquique”… Está, nuevamente, postulado al Premio Nacional de Educación 2009.
Señores integrantes del Directorio,
Señores líderes comunitarios,
Señores concejales,
Señores parlamentarios,
Señores candidatos a cargos de representación ciudadana,
amigas y amigos:
Constituye un privilegio intervenir en esta asamblea. El momento es histórico. Como pocas veces un puñado de chilenos está ante la posibilidad de quebrar la odiosa partidocracia y, por otro lado, cuestionar conceptos como “izquierda” y “derecha”.
Desde 1990 a la fecha el país está encajonado. Obligado a escoger entre la Concertación y la Alianza. Este chantaje ha finalizado con el PRI. Esta tienda emprende el III camino. En torno a si se está a babor o a estribor respondemos “¡arriba y adelante!”. Eso de “izquierda” y “derecha” es un reduccionismo que nace con la Revolución Francesa en el siglo XVIII y nosotros somos chilenos del siglo XXI.
Con razón Gonzalo Fernández de la Mora nos enseña que vivimos el “crepúsculo de las ideologías”. Hoy no podemos meter la realidad en calabozos doctrinarios que son librescos. La vida supera las teorías. Por eso se preponen ideas-fuerzas y no tesis que se convierten en barrotes de una penitenciaría.
Una idea-fuerza es el desarrollo económico que significa crecimiento. Hoy vemos que si ayer se crecía al 7.2% hoy se decrece. La crisis energética explica sólo en parte este decaimiento.
Ese desarrollo que supone industria y vigorización de las pymes. Se apunta a superar esa endeble condición de eterno exportador de materias primas y alimentos. Implica también soberanía y justicia social.
Soberanía porque el TLC con EEUU es asimétrico. Disminuye nuestra autodeterminación. Es ilusoria una alianza entre un elefante y una hormiga. Con sorpresa vemos como el PS se hace pronorteamericano. Los antimperialistas de ayer son los proyanquis de hoy. Pruebas al canto: tropas chilenas en Haití y tolerar lo que significa Pascua Lama en la III Región.
Cuando aludimos a la soberanía siempre está presente quien alude a la “globalización”. Sostengo que la globalización es el nuevo rostro del imperialismo. Quien lo dude que consulte hoy a iraquíes, afganos, palestinos y chechenios con sus patrias invadidas, sus aldeas arrasadas, sus mujeres violadas y su muchedumbre de huérfanos y refugiados. A los haitianos cuyo presidente Aristide es derrocado por comandos francoyanquis. Luego viene la ocupación extranjera ¿Acaso olvidaremos que Panamá es invadida en 1990 y su Presidente de la República atrapado como conejo y sepultado en un presidio de La Florida? ¿Acaso no recordaremos que Gran Bretaña agrede a Argentina por Malvinas y, peor aun, alega soberanía sobre la Antártica?
Quienes creen que el antimperialismo está añejo se equivocan. Su correlato, el nacionalismo –rectamente concebido- es nuestra bandera. Lo visualizamos como instrumento para sacudirnos de la dependencia externa así como el desarrollo es la herramienta para superar el rezago, el desempleo y el endeudamiento. Esto es clave para imponer la justicia social que no brota de expropiar la riqueza ajena, sino de generar riqueza propia con el esfuerzo ciudadano tanto libre como aquel que capitanea el Estado.
Repitamos: desarrollo y soberanía. Añadamos otra idea-fuerza: reconciliación. La guerra fría entre Moscú y Washington se expresa en nuestro país en el enfrentamiento de civiles y uniformados. Es efecto de una confrontación forastera. A décadas de aquella reyerta el PRI exige se sepulte el hacha de combate y se fume la pipa de la paz. Se debe poner fin a la industria del odio y del rencor. Abramos la puerta a indultos y anmistías. Eso significa perdón y olvido para quienes están en trincheras opuestas de 1973 a 1990.
Reconciliación externa... Necesitamos un vasto acuerdo subregional con las repúblicas fronterizas. Ello para el control del gasto militar, la explotación mancomunada de los recursos naturales, el fomento del intercambio académico, el impulso al turismo, la intercomunicación vía terrestre Pacífico y Atlántico, la garantía para los capitales, personas y mercancías desplazadas una república a otra en este marco.
Esta sería la presencia externa de la reconciliación. Apunta, en síntesis, a generar en el Cono Sur un polo pluriestatal de desarrollo bioceánico equivalente a los que hoy exhibe Sudáfrica, la India y Australia. Observen el planisferio. Los tres son meridionales y bioceánicos.
Otra idea-fuerza es el rescate de nuestra identidad impactada –desde el exterior- por modas, modales y modelos, ideas e ideologías, prejuicios y patrañas que nacen en el Viejo Mundo o EEUU. De allá arriban y aquí y son legitimadas por la TV. No se propone hermetizarnos, sino establecer –en el ámbito cultural- aduanas que separen el trigo de la paja, lo útil y la basura. Pareciera urgente atajar el calco indiscriminado de lo foráneo. El tema es algo complejo. Apenas dos ejemplos para que me entienda.
Hay un afán por imponer la enseñanza del Inglés y hasta del Chino Mandarín en el sistema escolar. El problema está en que nuestros alumnos son analfabetos funcionales en idioma patrio. Algo de criterio: “la caridad comienza por casa”. Otro ejemplo, España y Holanda imponen el “matrimonio” homosexual. Se argumenta que porque esos países lo instituyen aquí debemos imitarlos… Allá ellos, acá nosotros y siempre defendiendo la soberanía que no está sólo en lo político, lo económico, lo militar, sino en lo cultural.
Este es el sentido patriótico que tuvo mi candidatura al Premio Nacional de Educación 2007 que levantara el PRI. Es cierto que no lo gané. No obstante, nuevamente postulo el año próximo y con el apoyo de cinco Universidades. Requiero el compromiso de nuestra bancada parlamentaria para que haga presente en el hemiciclo del Poder Legislativo y ante el titular de la Cartera del rubro que tal galardón no debe concebirse como recompensa política, sino reconocimiento a una labor académica avalada por trabajo en aula y producción científica que se expresa en publicaciones como las de mi autoría.
El PRI –reitero- nace como el III camino entre dos versiones del dogma neoliberal. Es una protesta ante la postergación secular de las regiones por el centro. Es la voz de las capas medias y populares ignoradas por la Concertación y la Alianza.
“Estratos postergados”… “Regiones postergadas”.., ¿Eso es todo? No, señores, las colectividades políticas no aprendieron nada –o muy poco- en 17 añosa de receso.
Regresa la democracia y vuelven a lo de siempre. Yo se los voy a expresar: bases postergadas por las cúpulas. Hay en cada partido un puñado de caciques y una multitud de súbditos, están los que mandan y los que obedecen, los que cortan el “queque” y los que pillan las migajas. El PRI se propone ser distinto e imponer amplia democracia interna en su estructura.
El PRI nace proponiendo un movimiento nacional y popular que genere mecanismos de consulta a los militantes y a los simpatizantes. Anhela ser distinto a las demás colectividades y ello para servir y no servirse de la ciudadanía. Apetece una acción coordinada de base, faldeo y cumbre en el cual cada afiliado no sea cifra, sino actor respetado.
Esta es la médula del Movimiento Nacional y Popular del cual el PRI es el primer eslabón. Movimiento tricolor que ata en un solo haz flechas que suponen diversas tendencias, pero que disparan sobre el mismo blanco. Movimiento donde la patria somos todos y donde a nadie se le pregunta de dónde viene, sino sólo se le pide adherir a las ideas-fuerza analizadas. Las repito
------- desarrollo económico
----- soberanía poliédrica
----- reconciliación interna y externa
----- rescate de la identidad
----- regionalismo
----- democracia interna
Camaradas, en esta hora inolvidable
¡Salud!
¡Viva el PRI!
¡Arriba Chile!
(*) El Prof. Godoy –historiador y sociólogo- es catedrático de la U Arturo Prat y Mayor. Lo exoneran en 1974 de la Universidad de Chile. La democracia concertacionista se niega, sistemáticamente, desde 1990 a reincorporarlo a su cátedra. Funda con Felipe Herrera y Tomás Pablo el Centro de Estudios Chilenos CEDECH. Es autor de varias obras entre las que destacan “Libro negro de nuestra educación”, “Revolución en las aulas”, “Nacionalidad y educación”, “FFAA: reflexión permanente”, “Día de sangre. Nicolás Palacios y el genocidio de Iquique”… Está, nuevamente, postulado al Premio Nacional de Educación 2009.
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